Consciencia: Le aportamos información actualizada de la manera de pensar y del modo de operar de las personas que suelen cometer algún hecho que atente contra otras personas y/o su patrimonio. Buscamos que las personas susceptibles de sufrir algún riesgo sepan distinguir entre su modo de pensar y evaluar acerca de su propia protección VS cómo piensa y evalúa quien se dedica a dañar a otros: ocasional y/o profesionalmente.
Hacemos consciencia de lo que es una vulnerabilidad, riesgo, amenaza, etc. Con ello las personas “deben” caer en cuenta en que situaciones deben tener especial cuidado para autoprotegerse y evitar ponerse en situaciones que los hacen vulnerables.
“Solo se puede cuidar eficientemente a quien acepta ser cuidado y comprende las razones de ello”.
Definimos el alcance y el nivel jerárquico que debe tener esta protección para tener una capacidad de decisión y reacción acorde al nivel de riesgo actual y/o potencial que se enfrenta.
Inteligencia: Con ella se logra tener información oportuna y actualizada de los desafíos que enfrenta determinada persona o grupo de personas y que podrían constituir una vulnerabilidad/riesgo a sus personas y/o a su patrimonio.
Para establecer el grado de vulnerabilidad, utilizamos esta información para hacer análisis de riesgos.
Estrategia: Con todos los puntos anteriores se determina la mejor estrategia de auto protección y protección externa que se requiere para salvaguardar su vida y su patrimonio.
Después de esta fase solo le queda al “interesado” implementar la estrategia y seguir trabajando con la inteligencia que le permita evaluar si su esquema de protección sigue siendo válido.